Hay un Camino Perfecto para tu Vida
Hay situaciones en la vida en las que nos basta mirar atrás, mirar hacia nuestras experiencias, para tomar las decisiones correctas. Pero, ¿qué pasa cuando no hay precedentes?
En la historia que encontramos en 1 Samuel 30, David no puede mirar hacia atrás para saber qué tiene que hacer, porque no le habían quemado su casa antes. No hay tal precedente. ¿Qué hacemos en ese caso?
David consulta a Dios.
David manda a buscar al sumo sacerdote, quien había huido en un momento en el que Saúl había matado a todos los profetas y a todos los sumos sacerdotes. Este hombre había escapado con una pieza del sumo sacerdote que se llamaba el efod, pieza que se ponía el sumo sacerdote para consultar a Dios.
El sumo sacerdote podía entrar en más de una ocasión al lugar santísimo durante el año. Podía entrar en una sola ocasión para presentar la ofrenda de expiación, que era la ofrenda por los pecados del pueblo, pero esto no significa que no pudiera entrar para ofrecer otras ofrendas. El sumo sacerdote tenía derecho a entrar cuantas veces necesitaran recibir dirección de parte del Señor.
Diferentes grandes hombres de Dios, a través de toda la palabra, consultaban sus decisiones con el sumo sacerdote, y el sumo sacerdote entraba al lugar santísimo con el efod. Dentro del efod había dos piedras: el “urim” y el “tumim”. No es que hubiese magia en estas piedras. Su simbolismo es tan solo sombra de lo que es el Espíritu Santo hoy para nosotros.
La biblia dice que somos piedras vivas. En aquel tiempo, por causa de la condición del hombre, porque Cristo todavía no había venido a morir por el hombre, Dios se hacía presente a través de objetos naturales. Por eso veían a Dios en una columna de fuego, en una columna de nubes, en manifestaciones visibles y tangibles.
Esas manifestaciones del Antiguo Testamento eran simplemente sombras de lo que Dios quería hacer con nosotros.
“Urim” significa: luces. Tú no puedes consultar a Dios si no hay luz en tu vida. En la creación, lo primero que Dios hizo fue la luz, porque en medio de un caos lo primero que tú necesitas es encender la luz.
El problema es que hay mucha gente que no quiere encender la luz en su vida, porque no quieren ver el reguero que hay en sus vidas, pero no es hasta que tú enciendes la luz y te enfrentas con la realidad, que entonces puedes tomar decisiones correctas para salir de ese lugar.
Cuando el sumo sacerdote entraba en el lugar santísimo, Dios encendía la luz, para que ahora comenzara a ver claras las cosas. Tú nunca podrás saber qué hacer en medio de una crisis, si no se enciende la luz. No es hasta que tú ves las cosas con claridad que puedes tomar decisiones correctas en tu vida.
Alguien tiene que encender la luz en medio de tu crisis, para tú poder ver lo correcto.
“Tumim” significa: perfección. Lo que representaba era que ahora el sumo sacerdote conocía la perfección de Dios para poner en orden toda la situación. Dios daba el camino perfecto para hacer todas las cosas.
En la vida de Josué, se manifestó esta perfección. Después de haber pasado años dando vueltas y con habladurías en el desierto, Dios utilizó esas mismas vueltas para darle la victoria al pueblo de Israel, bajo el liderato de Josué, solo que esta vez en silencio y, cuando abrieran su boca por primera vez después de todo ese silencio, caería el muro y poseerían la tierra.
Los caminos de Dios son perfectos, no porque te parezcan lógicos a ti, sino porque le parecen a él inteligentes. Él es el Dios de la perfección. Hay un camino perfecto para tu vida.
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