La Preciosa Semilla
La Preciosa Semilla
¿Cómo establecer el valor de las cosas que Dios ha puesto en tu mano? ¿Cómo establece Dios el valor de algo?
Dios no se mueve por el valor de tu semilla, sino por lo que es preciado para ti. Si lo que entregas no es lo más preciado, no tendrás la cosecha que estás esperando, sino que permanecerás en la misma situación en la que te encuentras.
Hay una cosecha segura, cuando aprendemos a sembrar lo preciado. Cuando siembras lo preciado, la mano de Dios se mueve a favor tuyo.
Lo que tienes hoy es el resultado de tus decisiones pasadas. Si deseas moverte en un nuevo nivel, no puedes seguir haciendo lo mismo que has hecho hasta ahora. Es necesario que tomes decisiones de fe que te lleven a obtener todo lo que Dios tiene para ti.
Dios siempre va a demandar de ti lo más preciado, y tú debes llegar a un punto en tu relación con Dios, en que no retengas nada de él.
Muchas personas no reciben de parte de Dios, porque no saben cuánto Dios está dispuesto a hacer por ellos. Cuando tú no le rehúsas nada a Dios, tu conciencia se despierta a la realidad de que Dios tampoco se rehusará a entregarte las cosas más grandes de él.
Rehúsate a darle a Dios algo que no te cueste. Toda la situación puede cambiar, cuando decidas presentarle a Dios lo preciado para ti.
Quizás le estás pidiendo a Dios un mover especial en tu vida, o quizás tu trabajo está en la cuerda floja, o necesitas un milagro financiero urgente. Si aprendes a entregarle a Dios lo más preciado de ti, el reino de los cielos se moverá a favor tuyo.
Dios no recibe una semilla que no se presente con un corazón agradecido. Si tu corazón no está en la disposición de hacer lo más preciado, entonces, no es aceptable delante de los ojos de Dios.
Cristo es la semilla más grande y más preciada jamás plantada y, dice la palabra que, en su camino a entregarse, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Pero dice también la palabra que, puesto el gozo delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Entregar lo preciado no es fácil para nuestra mente, pero, cuando somos capaces de mirar todo lo que Dios ha prometido y la cosecha que está en camino, todo comienza a cambiar.
El día que entiendas la revelación de lo preciado, ninguna semilla que des quedará sin cosecha. Decide darle a Dios lo mejor de ti.
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